Besos que protestan.

¿Tú serías capaz de estar 50 horas, 25 minutos y 1 segundo besando a tu pareja sin parar? Si la respuesta es sí, probablemente habrías ganado el récord guinness al beso más largo del mundo durante un concurso realizado en Tailandia en días pasados.  Los ganadores, dos chicos de 31 y 28 años que son pareja desde hace tres, se propusieron el reto de sostener el beso durante todo ese tiempo, inmóviles, sin sentarse, sin despegarse los labios, sin dormir, sin ir al baño, sin usar pañales y alimentándose sólo de líquidos a través de una pajita; ¿Y toda esta locura para qué?… para vencer a una pareja heterosexual que había hecho hasta lo imposible para impedir que ambos entraran al concurso.

Si bien estos chicos, aparte de la revancha contra los homofóbicos, se llevaron un buen dinerito a casa, la noticia me puso a pensar en lo frecuente que se está convirtiendo el uso de ‘Besos’ como medio para protestar. Por ejemplo, hace unos meses, durante un viaje a Bogotá, me encontré con que el Senado de ese país estaba a punto de reconocer el derecho al matrimonio gay; y cuando todo parecía una realidad, el Procurador General colombiano (un verdadero monumento a la homofobia), pidió tajantemente negar este derecho por considerarlo “antinatural” y la ley de matrimonio igualitario (junto con los sueños y esperanzas de muchos) terminó yéndose al carajo.

Y qué hicieron los gays colombianos? Marcharon por las calles de su capital, se atravesaron en el cruce de dos avenidas importantes y sin llegar nunca al uso de la violencia, comenzaron a besarse realizando así un acto simple, bello y poderoso que dejó sin discurso hasta a los más cerrados de mente.

Y es que, ¿Qué mejor forma de protestar que demostrarse afecto ante los ojos de aquellos que todo lo ven con odio?…

– Jorge

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Autor: crestrepo

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