GAY PRIDE: DESFILES DE “ORGULLO O VERGÜENZA” ?
Al llegar al consultorio y explicar que era una víctima más del delicioso pero asesino “Helado Crocante” (un cono de vainilla recubierto de chocolate con pedazos de caramelo endurecido) me dieron turno y me senté a esperar. Mientras lo hacía tomé la primera revista que vi y por pura coincidencia abrí un artículo sobre una entrevista al escritor español Álvaro Pombo en donde le preguntaban: “Señor Pombo, es cierto que usted no gusta de los desfiles de orgullo gay?”… a lo que el letrado respondió: “No es que no me gusten, lo que pasa es que no entiendo por qué se sienten orgullosos de enseñar, cada año, sus culos y demás vergüenzas por la calle”… PUM!, el señor dio en el clavo con algo que hasta yo mismo me pregunto a veces.
A partir de este punto, más de uno va a querer crucificarme, pero no puedo evitar coincidir con el señor Pombo en este punto. ¿Por qué los desfiles del orgullo, ‘escupen’ en la cara del peatón el libido de nuestra comunidad en un despliegue de fetiches, piel, culos y hasta tetas? … porque mientras pedimos aceptación, desfilamos por la calle “dando codazos a la sociedad” como diciendo ‘mírame el coño!’
Si bien es cierto que todo movimiento social que reclama derechos siempre es brusco en sus comienzos (pues intenta romper una barrera impuesta por otros) tal vez sea hora de ir moderando este asunto. Los desfiles de orgullo gay celebran la lucha de aquellos que impulsaron cambios para que hoy seamos más aceptados… pero de eso nadie habla ni enseña nada en las carrozas alegóricas. Sinceramente no soy nadie para decir cómo deben o cómo no deben hacerse esas manifestaciones, pero ojalá así como pedimos que llegue pronto el día en que seamos plenamente aceptados, llegue también el día en que los desfiles del orgullo gay realmente sean un reflejo del espíritu de nuestra comunidad: Gente NORMAL, como cualquiera que lo único que busca es ser feliz amando a alguien de su mismo sexo.
Ah! y para que quede bien claro: NO estoy en contra de los desfiles de orgullo gay, NO apruebo ningún tipo de discriminación y, sobre todo, NO voy a dejar de comer helado crocante así mi odontólogo se infarte.
– Jorge
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