Titanic Gay
Por estos días en los que tanto se habla del Titanic, me encontré en internet una nueva visión del hundimiento, que se aparta un poco de la tan trillada historia del barco que todos conocemos (la de las miniseries, documentales y películas) y que por supuesto habla de lo que la televisión pocas veces decide mostrar: Las historias de amor gay a bordo del barco.
Como no podía ser de otra manera, en un barco en el que viajaban más de 2.000 personas tenía que haber un buen porcentaje de homosexuales, y por eso me encantó toparme con la noticia de que en un libro del escritor Hug Brewster en el que aparecen mensajes y cartas que sobrevivieron al hundimiento, el autor ha recogido algunas cartas que muestran el amor entre algunos pasajeros gays de primera clase del famoso transatlántico.
Evidentemente, muchas cartas y documentos no sobrevivieron al naufragio. Y otras, aunque sí que sobrevivieron a la catástrofe, fueron destruidas por los familiares de los pasajeros que viajaban en primera clase para evitar que salieran a la luz los amores y secretos de las víctimas.
Pero aún así, Hugh Brewster ha publicado el libro “Vidas doradas, viaje fatal: los pasajeros de primera clase del Titanic y su mundo”, en el que recoge todas las cartas y mensajes que han podido reunir desde el hundimiento hasta entonces.
Entre los casos recogidos en el libro se encuentra el del escritor y corresponsal de guerra Francis Millet y el de su amigo y ex compañero de cuarto Mayor Butt Archibald, un ayudante militar de los presidentes Howard Taft y Roosevelt.
Millet, casado y con hijos, envío también cartas homoeróticas al poeta Charles Warren Stoddard. Y en una carta enviada por el escritor a un amigo desde el barco cuatro días de la catástrofe, afirmaba que a primera vista, en el Titanic había un buen número de “nuestra gente”.
Sinceramente me encanta que este tipo de historias salgan a la luz pública, reflejando la pluralidad de los viajeros que embarcaron en el famoso barco. Ojalá la peli de James Cameron en lugar de centrarse en la historia de Jack y Rose, se hubiese atrevido a narrar las aventuras y desventuras de Jack y… James. Pero bueno, eso ya sería mucho pedir.
– Jorge
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