¿Has ligado en un baño público?

Tener sexo en un baño público es una de las fantasías más viejas del imaginario gay. Los encuentros casuales en un espacio masculino e íntimo, el riesgo de tomar la iniciativa y ser rechazado violentamente, o incluso arrestado, y el peligro de ser descubiertos en plena acción, son parte de un morbo que subsiste hasta nuestros días.

Es que, si prestamos atención, siempre hay un tipo que “sondea” con viva mirada el urinal de al lado. Y de eso se trata el comienzo de este juego: de miradas intensas entre desconocidos que comparten un mismo código.

En cada ciudad o pueblo, suele haber algún baño público “marcado”, en el que los entendidos saben que pueden “pasar cosas”. En Argentina los llamamos “teteras”. ¿Por qué? Dicen que viene de la expresión inglesa “toilet room”, que con el uso popular derivó en “t-room”, como si también nos refiriésemos a un “salón de té” (tea room). Y de ahí a las teteras, no hay más que un paso.

Las teteras fueron muy populares en la época de las dictaduras militares, entre los años setenta y ochenta. Con la homosexualidad todavía condenada, eran el perfecto espacio para que gays y bisexuales pudieran ligar en la clandestinidad, aunque a riesgo de ser detenidos. A quien le interese, el tema se narra muy bien en un libro llamado “Fiestas, baños y exilios. Los gays porteños en la última dictadura”, de los autores Alejandro Modarelli y Flavio Rapisardi.

Lo curioso es que, a pesar de que hoy en día los gays tenemos muchas otras maneras de ligar, algunos hombres siguen prefiriendo el morbo de un baño público. Si buscan en Internet, seguramente encontrarán información o grupos al respecto. Yo les recomiendo un blog que se llama “Nosotros y los baños”, que publica muy buenos posteos con experiencias reales. Incluso, para los amigos porteños, se mantiene actualizado un mapa con todas las teteras (cruising area) de Buenos Aires.

¿Y tú, qué opinas sobre tener sexo en un baño público? ¿Lo has hecho alguna vez? ¡Cuéntanos tu historia!

– Leandro

Fotos: Randy Blue; Nosotros y los baños

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Autor: crestrepo

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