¿Pueden las apps construir comunidad?

Representan la última revolución digital y todavía están en la cresta de la ola, hasta que alguno de los gigantes de la informática nos sorprenda con otro avance insospechado en el milenio de las comunicaciones. Son las “apps geo-sociales”, aplicaciones que interactúan con el GPS de tu dispositivo móvil, con el fin de socializar en tiempo real con los usuarios que se localizan en un radio cercano a tu posición geográfica. Por si todavía no te enteras, Manhunt posee su propia apps: Manhunt Mobile.

Hasta el momento, tanto los desarrolladores como los usuarios (y sobre todo los usuarios gays) hemos aprovechado este tipo de tecnología para ligar con el chico más próximo. Sin embargo, tal vez no hayamos tomado conciencia de la posibilidad que ofrecen estas comunicaciones para fortalecer el sentido de comunidad. O por lo menos eso es lo que opina la psiquiatra Melissa Ritter, fundadora del grupo de estudios William Alanson White (EE.UU.), que investiga los aspectos culturales y románticos de las relaciones entre las personas, en función de sus preferencias e identidades sexuales.

En un ensayo publicado en el blog del sitio Psychology Today, la Dra. Ritter ha expresado recientemente: “¡Qué extraordinario que allí, donde viva o adonde viaje un hombre gay, pueda encontrarse instantáneamente con otros hombres gays! Ya no tiene que sentir que está solo, que es el único. Ya no está obligado a buscar camaradería o apoyo en los guetos homosexuales, a menudo marginales”.

Por otro lado, el escritor estadounidense Steve Weinstein advierte sobre la decadencia de los tradicionales bares gays, cada vez menos frecuentados, en donde en el pasado se gestaron muchos de los movimientos LGBT que supieron conquistar no pocos derechos para nuestra comunidad. “¿Dónde están todos?”, se pregunta Weinstein. ¿Y adivinen cuál es su respuesta? Pues, en las APPS, en las redes sociales, o en las páginas de citas online.

Lo que me pareció interesante del artículo de Weinstein es que entre las razones que expone para explicar esta migración hacia los espacios digitales, el autor señala la mayor libertad para salir del clóset a una edad más temprana y la posibilidad de que los gays más jóvenes (ya fuera del clóset) se encuentren a gusto con sus amigos heterosexuales. Desde este punto de vista, esta nueva generación de gays no necesita de espacios exclusivamente gays, como los bares, para pertenecer a una comunidad.

Recientemente, el sitio Gay.net realizó una encuesta entre sus lectores, preguntando adónde van para conocer a otros chicos. La mayoría respondió que frecuentan las páginas de citas online (28%), luego los bares gays (20%) y, en tercer lugar, las redes sociales (16%).

Pero la pregunta continúa sin respuesta: ¿Podremos aprovechar toda esta tecnología, como propone la Dra. Ritter, para construir comunidad, tal como se hacía en los clásicos bares gays que menciona Weinstein? ¿O es que acaso ya no es necesario pertenecer a una comunidad exclusivamente gay? ¿Tú qué opinas?

– Leandro

Fuentes: SentidoG.com; Gay.net

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Autor: crestrepo

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