VIH: El Diagnóstico Positivo

Recibir un diagnóstico que confirma la infección por VIH es, al día de hoy, una experiencia que marca de por vida. Los valientes testimonios de personas recién notificadas hablan de rabia, miedo, confusión, depresión, si es que en ese momento alcanzan experimentar alguna emoción. Es, sin duda, uno de los momentos de mayor soledad y exposición, y es, por lo tanto, cuando más contención y orientación necesita una persona, aunque no pueda expresarlo por sí misma.

Es por eso que me pareció importante comentarles acerca de “El VIH y yo”, una guía con fines educativos e informativos que reza en su introducción: “No intentes bloquear estos sentimientos. No te castigues a ti mismo ni sientas que tienes que ser fuerte. No tienes que ser nada. Se trata de tu vida, tu cuerpo y tu salud. Tómate el tiempo necesario para decidir lo que quieres hacer, y luego hazlo”.

La guía fue diseñada en el año 2008 por thebody.com , un portal que reúne información y testimonios sobre VIH/SIDA, con el fin de orientar de manera simple y clara en cuanto a los pasos más importantes que deberían darse, tras un diagnóstico reciente.

Accede a la versión digital de “El VIH y yo”.

Además de la información, supervisada por profesionales de la salud, me parece valioso la contención que el texto ofrece, a través de muchos y variados testimonios de personas que ya conviven con el VIH. ¿Tú tienes alguna experiencia para compartir?

– Leandro

Foto: Revista Furias

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Testimonios extraídos de “El VIH y yo”

“A las personas que acaban de recibir un diagnóstico VIH positivo quiero decirles que la vida acaba de empezar. Uno no tiene que enfermarse; ésta es una enfermedad crónica manejable y, si uno se cuida, puede tener una vida larga y buena. En mi caso, ahora soy más feliz que antes. Tomar las medicinas es como amarrarse los zapatos. La vida es lo que uno hace de ella”.

— Raúl Roldán, diagnosticado en 2006

 

“Una de las razones por las que pensé que era importante contar mi historia fue para que la gente pudiera ver que esto le puede suceder a cualquiera. No respeta fronteras, no importa tu color de piel, ni de qué entorno socioeconómico provienes. El VIH y el SIDA afectan a todos y todos necesitan educarse al respecto”.

— Evelyn Hernández Valentino, diagnosticada en 1993

 

“El VIH cambió mi vida al cien por ciento: me hizo más sensible al dolor, me hizo más humano, más comprensivo”.

— Manuel Rochin, diagnosticado en 2000

 

“Han pasado sólo siete u ocho meses desde que fui diagnosticado. Al principio, me moría de miedo. De un momento a otro no quería abrazar a la gente. Me sentía como un ser de otro planeta, o algo así. No quería contagiar a nadie. Mi mamá, que todavía me habla de esa forma, me dice ‘El VIH no te hace quien eres como persona. No te define’. Hoy en día, puedo decir con sinceridad que trato al VIH como a una piedrita en el zapato. La tengo y seguirá estando allí. No me puedo quitar el zapato para sacármela. A veces me molesta, pero tengo que aprender a convivir con ella”.

— Enrique Franco, diagnosticado en 2007

 

“Ha sido difícil encontrar el amor, pero ahora estoy con un hombre que también es positivo y que lleva más tiempo que yo con el VIH, así que para mí es una fuente de inspiración para seguir viviendo”.

— Javier Fontanez, diagnosticado en 1999

 

“El ser VIH positivo no es una experiencia que uno quiera buscar, pero la puedes convertir en algo que te haga crecer como ser humano, en términos de saber, de disciplina, de ser misericordioso, compasivo con el prójimo. Para mí eso es fundamental”.

— Gabriel Santiago, diagnosticado en 1990

Autor: crestrepo

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