¿Cuándo se casa un gay?

Si usted es de los que ya “se le queman las habas” por vivir en su nidito con el marido o la mujer ó es un empedernido romántico sin pareja, le conviene leer lo siguiente:

¿Cuándo se casa un gay?

Un LGBT en promedio se está casando entre edades de veintisiete a treinta y cinco años (consulté los registros civiles) aproximadamente, un promedio de que uno de cada tres matrimonios o “arrejuntamientos” (según la abuela y sus palabras domingueras) tendrán un plazo de vida de 7 años y después “adiós amor, bienvenido el divorcio”, ya son pocos los que siguen sin conflictos e infidelidades o relaciones tóxicas.

¿Por qué se da esto? Es sencillo en cierta forma, no se conocen lo suficiente, no hay colaboración de ambas partes, no hubo preparativos psicológicos previos.

Ya les he platicado en columnas anteriores que dos vasos medio llenos no completan el uno y el otro al mismo tiempo, sin embargo, el trabajo y el autoconocimiento corresponde a cada uno.

¿Cómo reciben a un bebé nuevo en casa de unos padres que no tenían esperanza de tenerlo? Le tienes un lugar, una cuna hermosa, le recibes con amor y listo todo para sus cuidados. De igual manera cuando quieres a una persona especial, no lo metes en la boca del lobo es decir con tu familia, a que me refiero, se le conocen como familias MUÉGANO.

Los muéganos son un dulce mexicano el cual son unos cubitos de harina de trigo pegados con una miel, así hay familias, cuando tus padres se unieron crearon una familia nuclear y tú al querer generar otra con tu pareja debes salirte del mismo espacio para establecer sus reglas ya que “quien paga manda” en este país y dos jefes no pueden ocupar el mismo espacio ordenando a la vez.

O acaso tus padres no intervienen con acciones o leguaje no verbal en caso de un disgusto, no hijitos, lo papás son padres nunca cuates.

¿Y el bebé? Si, no se me olvida, no lo metes a una caja de cartón o un cuarto de unidad habitacional de mala muerte, por el hecho de huir de los problemas de tu casa. No lo concibes en una relación fortuita y quedas embarazado, no, tú lo esperabas, trabajas por él.

No traes todos tus conflictos de la infancia, los demonios que tuviste con tu ex, tus celos porque el otro miraba a todos en la calle. NO. Nada de eso, tú buscas un compañero no a la Mujer Maravilla, Superman o la Supermana que venga y te salve.

El abuelo Víctor nos decía que lo que más te sabe es lo que trabajas no el fruto en sí, si te quieres casar, vas a unir dos educaciones diferentes, dos mundos y dos visiones distintas, no puedes huir de los conflictos aunque los quieras hacer a un lado, compartirás espacio, vida, tiempo, calidad personal.

¿Vivirías con alguien igual a ti? Con tu personalidad, tus enojos, tus virtudes, con esos detallitos malos, con esa vives, si respondes una afirmación, ahora cuestiónate si tienes la madurez económica para que ambos sostengan un hogar, la luz, el agua, los pasajes, la comida, renta, gasolina, etc.

No te asustes, pero son cosas que se deben prever. “Es que me puedo casar y si no funciona a la fregada”, nada más ten cuidado, actualmente puedes demandar la mitad de los bienes si te toca un vivaracho que te mande un abogado y en caso de no tener “nada”, hacer perder tiempo y calidad de vida lleva un costo PARA AMBAS PARTES.

El noviazgo sirve para conocer, no para coger gratis, sirve para trabajar a la par, tanto en el área laboral como en lo personal. Crezcan juntos o juntas, hablen, pregunten, comenten.

En lo personal aquellos que se exhibieron casándose orgullosamente gay y luego divorciándose a lo buga encabronado, no demuestran ni siquiera un poco de respeto por todos aquellos que no tuvieron la alegría de conocer la legitimación legal, sino se mantuvieron en un vínculo por décadas antes de las leyes en D.F y Coahuila.

Uno no se casa enamorado, uno se casa por privilegio de amar, un gay o una lesbiana deben entender que es un derecho pero a su vez atrae cosas más profundas históricamente, emocionalmente y no es kermese de secundaria.

¿Para qué pierdo el tiempo en algo que no voy a invertir de mí? Exacto, si ambas partes invierten de sí, si van a recibir su amor en un hogar, si vas a trabajar por tu estabilidad emocional, económica y espiritual aún en la adversidad o la bonanza, ya manden su invitación al bodorrio que me compre unos tacones divinos.
Fuente: EneHache

Autor: crestrepo

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