Ser pandillero y gay

Un reportaje de Univisión.com da cuenta de la relación de dos hombres que pertenecieron a pandillas rivales en Los Ángeles, California.

Más allá de los enfrentamientos y la vida de calle, Sergio Romero y Sisco Ríos luchaban por ocultar sus preferencias homosexuales y trataban de ser aceptados y aparentar ser “machos”.

“En el mundo de las pandillas, no aprueban la homosexualidad. Había mucho abuso emocional”, recuerda Romero, quien aseguró que su madre prefería verlo entre pandillas antes de declararse gay.

Por su parte, Sisco dijo que pertenecer a una banda criminal le facilitaba su aceptación y de aparentar ser heterosexual.

“Teníamos una pandilla de mujeres y otra de hombres con el mismo nombre. Una de las chicas era lesbiana y fingíamos ser pareja. Ella me cubría y yo a ella”, dijo Ríos.

Un reporte del Instituto Williams de la Universidad de California reveló esta semana que más de 1,4 millones de adultos latinos se declaran a sí mismos como integrantes de la comunidad LGBT, lo que equivale a un 4,3% del total de la población hispana adulta del país.

“Aunque a veces son menos visibles en las representaciones populares de las personas LGBT y sus familias, los latinos/as representan una parte considerable de la población LGBT y tienden a vivir en comunidades latinas, en lugar de en comunidades LGBT”, señaló Gary J. Gates, académico del instituto.

Y es así como la historia personal de Sergio y Sisco fue llevada a la pantalla grande por Dino Dinco para crear conciencia de lo que se enfrenta un homosexual pandillero que lucha contra su verdadera identidad.

“Creo que el documental no solo ayuda a mujeres y hombres gay, sino también a los heterosexuales, para que los puedan entender”, declaró Dinco, director de “Homeboy”.

Fuente: Anodis

Autor: crestrepo

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