El matrimonio igualitaria tuvo avances tímidos en América Latina

La Zona Rosa del Distrito Federal es uno de los barrios más emblemáticos para la comunidad gay de México. Pero pese a que en la capital mexicana los matrimonios entre personas del mismo género son reconocidos con los mismos derechos de las uniones entre heterosexuales, el país de los charros, los machos y el tequila no es un territorio del todo amistoso para los gay. México, junto con Brasil, encabeza el listado latinoamericano en crímenes homófobos.

Es apenas un ejemplo de las paradojas que enfrentan los colectivos de la diversidad sexual en América Latina. Las leyes que protegen sus derechos enfrentan obstáculos, avanzan con timidez, pero no dan marcha atrás. Desde 2010, tres países han aprobado en todo su territorio el matrimonio igualitario: Argentina, Uruguay y Brasil. Pero eso no quiere decir que el camino se haya convertido en un sendero de rosas. Varios sectores son firmes opositores de cualquier cambio a las leyes que indican que el matrimonio sólo es posible si es entre un hombre y una mujer.

En México, de acuerdo con los colectivos del país, fue un buen año. En 2013 se crearon figuras legales en Jalisco y Colima que permiten a parejas del mismo sexo uniones amparadas por la ley, y una pareja jalisciense contrajo matrimonio civil como cualquiera otra. Varios congresos estatales comenzaron el debate.

Uruguay, que en 2013 aprobó reformas de marcado tono progresista sobre el aborto y el consumo de mariguana, se convirtió en abril en el duodécimo país del mundo en aprobar el matrimonio igualitario y el segundo de la región después de Argentina, que lo aprobó en 2010. El premio Nobel Mario Vargas Llosa aplaudió las iniciativas del Gobierno de José Mujica y afirmó que otros países deberían “seguir su ejemplo”.

Brasil, un mes después, se sumó a la lista. Pero la paradoja continúa. Al mismo tiempo el legislador Marco Feliciano, pastor evangélico y líder del ala más dura del conservadurismo brasileño, se convirtió en el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso. Ha dejado claro que, para él, no puede existir “un tercer sexo”. Está en contra también de la laicidad del Estado, del aborto, del estudio de las células madre y de la legalización de las drogas. También ha dicho que el continente africano es víctima de una “maldición divina” que hace a sus habitantes “negros y pobres”.

Otros territorios

Colombia

En octubre, una decisión judicial anuló la primera unión homosexual celebrada en el país.

Chile

Fue el penúltimo país Occidental en aprobar el divorcio, en 2004. La socialista Michelle Bachelet, presidenta electa, ha puesto el tema sobre la mesa. Una encuesta mostró que la mitad de los votantes no está de acuerdo con la iniciativa.

En EU, dos fallos judiciales hicieron historia

Estados Unidos dio en 2013 un paso de gigante hacia la igualdad de derechos de los homosexuales. El Tribunal Supremo firmó en junio dos sentencias que suponen un avance histórico en la carrera de fondo que libra el activismo gay desde sus orígenes a finales de los años sesenta. A finales de 2012 el matrimonio entre personas del mismo sexo era legal en nueve estados y el Distrito de Columbia y 12 meses después la lista suma ya 18 (Illinois será el 19 cuando entre en vigor en junio de 2014). Hoy 55% de la sociedad norteamericana está a favor de las uniones homosexuales, 15 puntos más que en 2004.

La mayor instancia judicial de Estados Unidos asestó un duro golpe a los defensores del matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer y su resolución fue aplaudida por el presidente Barack Obama, que fue rotundo al calificarlo de “victoria”.

El Tribunal Supremo resolvió en junio la demanda de Edith Windsor contra la DOMA, la ley federal aprobada en 1996 durante el mandato de Bill Clinton que limita el matrimonio a la unión entre un hombre y una mujer. La norma impedía a las parejas homosexuales legalmente casadas disfrutar de los mismos derechos que las parejas heterosexuales en materia de impuestos o de beneficios de seguros sanitarios, entre otras cosas. Edith Windsor, de 83 años, tuvo que pagar unos 300 mil dólares por la herencia de su esposa, con la que convivió 44 años, mientras que si su pareja hubiera sido un hombre no le habría costado nada. El alto tribunal resolvió que la DOMA “viola la Quinta Enmienda de la Constitución al hacer unos matrimonios más respetados que otros”.

La segunda gran derrota de los defensores del llamado matrimonio tradicional fue la sentencia del tribunal contra la Proposición 8 de California, que prohibía el matrimonio entre personas del mismo sexo pese a haber sido aprobado con anterioridad y aprovechado por unas 18 mil parejas. Dos de ellas llevaron el caso a los tribunales y el Supremo acabó dándoles la razón.

Fuente: Anodis

Autor: crestrepo

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