Este artículo no está redactado con el propósito de defender este trabajo, sino, es para dar a conocer que la prostitución no es un camino fácil de elegir. Muchas veces criticamos a quienes escogen esta vida; pero no sabemos cuál es la historia detrás de esa persona que vende su cuerpo.
Iniciemos dando a conocer que la gran mayoría de “prostitutos” optan por ejercer esto sólo para sobrevivir. Estas personas tienen historias con razones muy puntuales, como el no tener para comer, estar sin un techo o una cobija para abrigarse, o, porque les toco salir de sus casas donde no aceptaban su identidad sexual.
Si llegamos a salir a las calles donde se alojan estos chicos en las grandes ciudades latinoamericanas, nos toparemos con rostros jóvenes, muchas veces con gente mal hablada, personas sin educación, de clase social humilde, y lo peor de todo, muchos de ellos menores de edad.
Niños que han tenido que salir de sus casas porque no fueron aceptados por sus familias, jóvenes que han sufrido violaciones, maltratos físicos Y/o psicológicos, chicos que no pertenecen a esa ciudad donde trabajan, personas que necesitan dinero rápido para mantenerse con vida y que muchas veces son obligados por mafias.
Según un informe dado por la entidad Urban Institute con fondos del departamento de justicia de Estados Unidos para esa nación, y que es válida también para Latinoamérica, más del 60 % de las personas que se dedican a la prostitución en ese país son jóvenes, los cuales tiene que salir a las calles a jugárselas por unos cuantos billetes con personas desconocidas; jóvenes que por no tener un techo donde dormir se arriesgan a enfermedades y, muchas veces, a tratos no tan agradables.
Son chicos que aún tienen sueños de lograr cosas grandes para sus vidas, jóvenes que luchan para tener dinero con el cual más adelante se pueda salir de este mundo, personas que se dedican a esto por necesidad, más no por placer.
Ciudades como Buenos Aires, Ciudad de México y Bogotá, en estos últimos años se ha desarrollado un crecimiento de prostitución masculina muy grave e imparable. Por ejemplo en la capital colombiana un gran porcentaje de estos trabajadores sexuales, son hombres entre los 17 y 18 años de edad, que llegan de otras partes del país buscando ofertas laborales, pero que por no tener experiencia y sumando los altos costos de vivir en esa ciudad, se alojan en este trabajo.
Por último, queremos saber más sobre ¿Cómo es este tema en tu ciudad? Deja tu comentario.
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