¿Alguien dijo sauna? Consejos para que sea amena tu visita

Yo fui uno de esos hombres que alguna vez dijo: ¡Nunca asistiré a un lugar de perdición, como esos saunas!

Pero me acabo de cambiar de ciudad, y un día al salir del lugar donde estoy llevando acabo mis estudios de especialización, me he dado cuenta que cerca hay un establecimiento de este tipo, al cual asistí con el único objetivo de solo conocer un poco, y terminé con una verga dentro de mi cuerpo.

Fue gratificante, excepcional y seguro que volveré. Pero, cometí varios errores (no tiene que ver con el condón, porque siempre cargo al menos dos) por lo cual decidí escribir este post.

Primero. No me informé del sitio.

Es súper importante tener la información necesaria del lugar donde queremos asistir. Internet está lleno de avisos sobre estos lugares. En la web uno encuentra reseñas sobre los establecimientos, la zona o área donde se encuentra dentro de la ciudad, opinión acerca del lugar, y sé que muchos de nosotros tenemos un amigo que se la pasa metido en estos lugares, que de seguro te dará referencia de cada uno.

Segundo. En compañía es mejor.

Si es la primera o segunda vez que asistes, busca un compañero que te secunde en tu aventura. Alguien en quien puedas confiar. No te digo que sea con él con quien tengas un encuentro sexual, solo que uno nunca sabe que pueda pasar en un lugar que no conoce.

Tercero. No todos los que están en el sauna quieren sexo, pero la mayoría de ellos sí.

Al momento de entrar en charla con otra persona es importante que el dialogo no sea este: ¿Quieres sexo? ¡Bueno, vamos de una!

Por favor, un saludo es esencial, con de una vez sabes si le entras o no. Luego dialoguen sobre los gustos, y ya después se fijarán si es lo que están buscando.

Cuarto. Seguridad.

No hay nada más feo que estar en un sauna y andar huyendo a todo el mundo. Simplemente, si te gustó un chico y este te sigue la corriente, entonces, adelante. Dado caso que el chico no te preste atención, actúa normal; por allí dicen, “si te vi, ni me acuerdo”. O si es un chico el que te echa el ojo y a ti no te gusta, entonces, has una sonrisa y apártate, así le darás a entender que no le entras y no quedas como un maleducado.

Quinto. Sácate de la cabeza que este es un lugar de mala muerte.

Yo tenía en mi cabeza este pensamiento, pero a la hora de la verdad, hay cientos de hombres que tienen necesidades sexuales y no tienen con quien desfogarla.

Y que hay de malo en asistir a un sitio donde me puedan resolver el problema sin tanto rodeo, entonces porque hacerle el feo.

Lo malo, es estar ennoviado y al mismo tiempo acudir a estos sitios, o, creer que los saunas es una segunda casa, donde hay que estar presente todos los días.

“Una vez o dos al año no hace daño”.

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Autor: Marlon Manhunt

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