A pesar de ser catalogada como prostitución por esta sociedad “hipócrita”, el ser Stripper es un oficio apasionado, sensual y según sus laborantes, profesional; del cual muchos gozan y luego hablan mal.
Quien es stripper tiene el arte de seducir con su cuerpo, su mirada, movimientos y en algunos casos sus órganos sexuales.
Claro está que es por dinero, porque en toda labor se cobra. ¡Y es que nadie trabaja gratis!
Muchos de los hombres que se dedican a esta actividad llevan una doble vida, dado que algunos recurren a ello como segundo ingreso, pero otros, por pasión y ganas.
Existen los que lo hacen a un nivel profesional, quienes se instruyen en escuelas de bailes, asisten a gimnasios y estudian sobre el erotismo para lograr una cercanía total con el cliente.
Pero de esto anterior, son pocos los que se ven a lo largo de latinoamerica.
Dado que por este lado del mundo gran parte de los hombres que realizan esta labor, lo hacen más por necesidad, que por profesión.
No es fácil
Leyendo historias de vida, me topé con la de Kevin Herrera, un stripper de Caracas, Venezuela, quien comentó algo muy interesante de esta actividad.
“Perdemos amistades, a nivel de pareja o de relaciones no todas las personas pueden entender este trabajo, sin embargo, aquellas personas que logran conseguir a alguien que las entiendan hay que agradecerlo, pues es una situación fuerte no solo para nosotros mismos sino para nuestras parejas. Generalmente descuidamos la familia, el noviazgo, los estudios todo por ensayar. Este trabajo requiere mucho de sí mismo, no solo se trata de montarse en una tarima y quitarse la ropa”.
Y es que la sociedad cree que ser stripper es tener un cuerpo bonito y subirse a un podio, para mostrarse. Falsa creencia.
El stripper no vende su cuerpo por dinero, dado que eso si se llamaría prostitución, aunque hay muchos que lo hacen. A un stripper se le paga para vivir la seducción, alterar el erotismo y desencadenar el morbo… no para tener sexo.
Secretos
¡Que ya dejan de serlo porque están públicos!
- Un stripper además de subir la temperatura de una persona, tiene sus propios trucos o como ellos lo llaman, “juegos eróticos” para hacer que el cliente quede inquieto.
- A ellos se les paga por un show mínimo de 15 minutos cuando es en clubes o discotecas. En privado el tiempo puede llegar hasta los 40 minutos.
- La labor del stripper no incluye sexo. Y cuando ocurre, en ese momento deja de ser un stripper… ¡aquí usted lo puede llamar como quiera!
- Antes de salir al escenario, un stripper se maquilla el cuerpo con tierra de la India o sombra negra para delinear los músculos.
- La mayoría de ellos tiene su propio diseñador al que le dan sus ideas para que haga sus vestuarios.
- Casi todos, antes de salir a la tarima acuden a realizar algo de ejercicio para salir al escenario con el cuerpo “bombeado”.
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Créditos: MEN X