Homo-Relatos: Mi novio me pidió un trío, eso cambió nuestra relación

Dicen que la rutina en una relación es lo peor, siempre necesitas estar haciendo algo que logre acabar con el aburrimiento, al menos eso intentamos, no queríamos convertirnos en dos hombres aburridos que estaban juntos.

Probamos juegos, juguetes, masajes, posiciones, roles, en fin, conocí muchos fetiches que no sabía existían, la intimidad era cada vez más ruda, fuimos subiendo de nivel poco a poco, sin darnos cuenta ya estábamos sumergidos en un mundo nuevo para nosotros.

Cuando probamos casi todo lo que podíamos hacer entre dos hombres, mi novio se comenzó a cuestionar cómo sería estar con alguien más ahí, ser tres en lugar de dos, podría ser una buena experiencia para nosotros.

Yo no quería acceder, mi mentalidad estaba cerrada a esto, sinceramente tenía miedo de perdernos, yo estaba satisfecho con él, eso me hacía dudar si yo lo estaba haciendo feliz, eran muchas dudas las que llegaban a mi cabeza.

Después de un tiempo que estuvo intentando convencerme para hacerlo, decidí acceder, fue en un momento donde yo tenía más miedo de perder todo, que de probar algo nuevo, pues las últimas semanas el sexo ya estaba siendo algo aburrido.

Creamos un perfil en una aplicación de citas, teníamos que encontrar a la persona indicada, no podía ser cualquiera, había algunas reglas que teníamos que acordar, para evitar cualquier conflicto.

Encontramos a un chavo, educado, atractivo y consciente que sólo queríamos estar con él en la cama, no habría una segunda vez, sin compartir redes sociales, números de teléfonos, no se podía meter en nuestra relación, aseguró tener todo esto claro.

Todo estaba listo, lo invitamos a nuestra casa, hicimos cena, charlamos un rato, todo fluyó muy bien, comenzamos con besos, nos quitamos la ropa en el sofá, luego de un juego previo pasamos a la habitación.

Fue una noche que nunca imaginé vivir, ver a mi pareja con alguien más, ver como lo tocaba, lo besaba y se penetraban me excitó demasiado, aunque en ciertos momentos yo me sentía fuera del juego, parecía que se olvidaban de mí.

No dije nada cuando él se fue, ni en los días siguientes, quería olvidar todo, necesitaba pensar en otras cosas, también Esteban lo había notado algo raro, no estaba preparado para hablar todavía del tema, debía analizar bien la situación.

Cuando estuve listo pregunté que le había parecido, me miró y sus ojos se llenaron de lágrimas, no sabía que esperar, tal vez estaba preparado para lo peor, me dolería, sin embargo, siempre prometimos ser honestos.

“¿Recuerdas que acordamos no ver de nuevo al chavo?, pues me contactó de nuevo, me pidió estar conmigo solamente, que nunca había sentido nada igual por otra persona, incluso me dijo que lo podíamos hacer a escondidas, para que no lo supieras”, me respondió.

Yo comencé a llorar, imaginaba que lo había hecho, pues recordar las imágenes de esa noche me podían confirmar lo mucho que disfrutó estar con él; “tranquilo cariño, no llores, te juro que no lo volví a mirar, jamás podría hacerte eso, te amo y eres quien me hace feliz”, me dijo.

Tomé su mano y lo besé, desde ese día nos prometimos no involucrar a otra persona, o al menos no a una que no fuera de confianza, seguimos intentando cosas nuevas, pero fortalecimos mucho nuestra relación y somos muy felices juntos.

Créditos: Men Magazine Gay

Autor: Marlon Manhunt

Compartir esta publicación en