Ocurrió en Manhunt: Mi amante flexible

Atrás quedaron las historias de corazones heridos. Esta semana tiene la palabra nuestro amigo “22espacio22”, quien tiene muy claro lo que busca: “No quiero una relación; quiero divertirme, pasarla bien, reír a carcajadas”, afirma con seguridad. Y parece que todo eso lo encontró en un hombre que lo deslumbró durante once meses, y todo a partir de una extraña oferta: ver cómo era capaz de practicarse sexo oral a sí mismo. ¿Qué…? Bueno, muchas veces una propuesta diferente puede ser la motivación para concretar un encuentro… ¡Toma nota y ponlo a prueba!

Y te invitamos a ti también a compartir las experiencias que has vivido en nuestro sitio.  ¿Qué te ocurrió en Manhunt? ¿Has conocido a un chico inolvidable? ¿Te has reencontrado con un viejo amor? ¿Te han roto el corazón? ¿Has experimentado el mejor sexo que jamás hayas soñado…?

Para participar, solo tienes que acceder a este formulario y contarnos lo que te ocurrió en Manhunt. Nosotros iremos publicando tu anécdota y la de otros usuarios en este mismo espacio.

Sigue el salto para leer lo que le ocurrió en Manhunt a “22espacio22” y dejar tu comentario.

– Leandro

MI AMANTE FLEXIBLE

(Le ocurrió en Manhunt a “22espacio22”)

Fue una noche de julio, hace ya dos años. Había estado lloviendo durante todo el día, así que lo primero que quería hacer después de la larga jornada de trabajo era irme a casa a descansar y tomar una taza de café. Y así lo hice. Lancé mi pesado saco sobre el sillón, que se encontraba  justo a un costado de la puerta, caminé unos pasos hacia la cocina y me preparé mi bebida.

Con el café como mi acompañante, abrí mi laptop y entré a la página de MANHUNT, como solía hacerlo por las noches. Cabe mencionar que en ese entonces tenía la mala costumbre de no “cazar”, sino que simplemente me mantenía en línea, puesto que si alguien se interesaba en mi  seguramente “me lo haría saber”. Y eso fue lo que sucedió.

Veinte años, cabello rizado, en su foto aparecía con un lindo calzón y tenía buen cuerpo, así que decidimos contactarnos por Messenger. La conversación fluía tal cual la música que sonaba  de fondo en mi habitación; las palabras iban y venían sin parar. Me dijo que quería venir a mi casa, pero yo no estaba muy seguro (nos veíamos por cam; era lindo pero hasta ahí…). Hasta que hizo el siguiente comentario: “Puedo hacerme sexo oral yo mismo; ¿quieres verlo?”. Nunca olvidaré sus palabras; ahora tenía toda mi atención. Yo había mirado vídeos de personas haciéndolo, pero sería interesante verlo en vivo.

Resultó que vivíamos bastante cerca, así que en unos minutos ya lo tenía en la puerta de mi casa. Pasamos directo a mi habitación y tuvimos una agradable charla. Cabe decir que lucía mucho mejor en persona; además traía una bermuda que resaltaba su polla (al parecer sabía lo que tenía y lo utilizaba a su favor, pues yo no podía dejar de mirarla…).

“Es hora de la acción; muéstrame lo que me prometiste”, le dije mientras me acercaba a él. Sin pensarlo, se quitó la remera que llevaba puesta, la cual escondía un atlético cuerpo (no cuadros, no oblicuos, pero bastante atractivo). Mi mente no paraba de pensar en la polla enorme que se veía debajo de su bermuda, así que tome el control de la situación: me agaché hasta el punto en el que mi rostro quedó en frente de su polla (claro está, yo quería estar en primera fila para ver eso que hacía que mi sangre hirviera) y lentamente fui quitando sus prendas (zapatillas para correr, después calcetines y bermuda), hasta dejarlo en un pequeño calzón CK. Al parecer era mi día de suerte; ese enorme miembro me esperaba debajo de esa prenda. ¡Sería mío y solo mío!

Le quité ese calzón y me obsequió su enorme polla frente a mis ojos. No lo resistí más y comencé a darle sexo oral y… bueno, todos sabemos que viene después. Solo puedo decir que esa fue una de las mejor noches de mi vida: cuatro exquisitos polvos con una polla deliciosamente enorme (22 cm). Tengo que admitir que después de esa noche casi quedé en silla de ruedas, pues él decía ser “100.000% activo”; pero… mmm… ¿qué puedo decir?, el sexo fue delicioso, así que decidimos repetirlo.

 

Esa noche de sexo se convirtió en una relación de once meses. Él era de closet, y yo me acepto tal cual soy: un orgulloso Gay. También soy varonil; eso es lo que él decía adorar de mí (eso y la forma tan deliciosa en que follábamos, por supuesto). Así que la discreción no era necesaria; éramos dos simples amigos frente a sus amistades y familia, pero dentro de la habitación, la sala, el baño, la azotea, la cocina, el jacuzzi, la playa, el carro, el clóset y uno que otro lugar público jodíamos sin control.

Era increíble lo que teníamos… HASTA QUE SE ENAMORÓ, cosa que no me sucedió a mí. Celos, peleas y un poco de demencia de su parte hicieron que las cosas ya no funcionaran. Yo siempre estuve seguro de lo que quería y se lo dije miles de veces: “No quiero una relación; quiero divertirme, pasarla bien, reír a carcajadas”, pues siempre he pensado que el amor y los títulos hacen complicadas las cosas.

Del “auto_sexo_oral”… jaja, nunca lo vi haciéndolo, nunca me lo mostró, pero sé que es capaz de hacerlo, pues era muy flexible. ¿Cómo lo sé? Bueno, porque cuando le quité lo “100.000% activo”, pude acomodarlo sin dificultad de todas las maneras posibles para robar la virginidad de ese apretado trasero y follarlo deliciosamente.

Y nuestro tiempo juntos terminó. No sé nada de él desde hace unos meses. Solo de vez en cuando, al abrir la página de MANHUNT, observo con una sonrisa en los labios su foto en la LISTA DE VISITANTES.

¡Gracias, “22espacio22”, por compartir tu historia!

 

Autor: crestrepo

Compartir esta publicación en